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jueves, 8 de septiembre de 2016

#Colombia: Es tiempo de vivir éticamente



"En la educación y en la formación colombiana se derogó el estudio de las ciencias humanas, implementándose el estudio de la ciencia y la técnica, descuidando inmensamente la ética".

Rubiel Vargas Quintero
De las mentiras del uribismo tales como: “al no haber cárcel para los exguerrilleros, se priva a las víctimas de la mayor reparación: el derecho a la no repetición de la violencia. Que se está entregando el país a la guerrilla”.
“El gobierno ha aceptado que el secuestro y el narcoterrorismo queden impunes al considerarlos conexos al delito político. Es un proceso de intercambio de impunidades. El país va hacia el castro-chavismo”. Verdades a medias. El gran enemigo de la verdad son las mentiras planificadas, que fue la táctica utilizada por la propaganda fascista, (Joseph Goebbels), que comienza ganando adeptos en un sector de la sociedad colombiana que la acepta como verdades absolutas. Es una sociedad injusta que acepta esas injusticias.

Oportunidad

La ética se ha convertido en una oportunidad práctica para la sociedad colombiana. Es tiempo de una transición entre la actividad social alienada producto de unas necesidades y deseos que no corresponden con la realidad, que se desarrolló sobre unos principios éticos basados en el “fin justifica los medios”, buscando lo fácil antes que las dificultades, se centra en el individuo escrupuloso y el retorno a las virtudes y principios sociales para lograr el bien común, que se centra en la comunidad, que se han perdido por la prolongación de la guerra.
En la educación y en la formación colombiana se derogó el estudio de las ciencias humanas, implementándose el estudio de la ciencia y la técnica, descuidando inmensamente la ética. Esto ha permitido que la alteración de la realidad (chisme), el odio, la envidia, el facilismo hagan parte de la cultura que predomina en la sociedad colombiana. Es ahí donde se encuentra el caldo de cultivo de la extrema derecha para implementar su política del odio.
Estos elementos los saben utilizar muy bien los enemigos de los acuerdos de La Habana. La identificación de la verdad es a partir del héroe, con el ideal falso de una conducta social. De la voluntad y de la razón. La sociedad está dotada de la capacidad de juzgar y razonar, es decir de distinguir lo verdadero de lo falso. Es una potencia de juzgar bien y distinguir lo falso de lo verdadero. Hay quienes se tragan esa verdad sin ningún ánimo mínimo de resistencia.
Las consignas de la paz con impunidad, hacen referencia al pensamiento en términos de venganza, son producto de un pensamiento que busca implementar el concepto de justicia de los vencedores, del sometimiento, del odio, del rencor de la retaliación, de una venganza con alto contenido destructivo en lugar de brindar posibilidades para democratizar el país.
Los perpetradores de la violencia política en Colombia, hoy se sienten víctimas y se sienten los buenos. Es una combinación de buenos y malos que hace parte de su condición humana, la justicia en relación con la cárcel para los malos. Retorno a las virtudes y las emociones morales. Reconciliación con realismo, el afán de la venganza es una ruptura con la realidad. El resentimiento y la venganza no tienen en sí mismos una potencia creadora, transformadora.
En todo conflicto existe algo constitutivo de lo ético, virtudes, buscar con el diálogo formas de tramitar los conflictos. En toda dificultad existen posibilidades de oportunidad de cambio, en todo conflicto coexiste una oportunidad potenciadora que se expresa en una sociedad preparada para la paz, para la democracia. La paz no es la abolición de los conflictos, es una potenciación de una sociedad más justa. Son aplicaciones éticas para convertirlo en una oportunidad.
La paz abre muchos escenarios en la democratización de la sociedad, buscar la ética del conflicto es un punto de partida para cambios y progresos de la sociedad. La ética del odio es un sustituto en la falsa conciencia. Apropiarnos de la ética, la ética se forma en la voluntad de dirigir la vida en función de unos principios democráticos. Voluntad de cambio, de trasformación, voluntad de mejorar la sociedad donde tramita sus conflictos de una manera más democrática.
La exigencia hacia la mayoría de edad parece comprensible de suyo en una democracia. En un breve ensayo de Kant, que lleva como título ¿Qué es la ilustración? Allí define él la minoría de edad en la medida en que afirma que de esta minoría es culpable el hombre mismo cuando las causas de ella no radican en una deficiencia del entendimiento sino de la decisión y el valor de servirse de él sin la dirección de otro. La democracia descansa en la formación de la voluntad de cada uno tal y como se resume en la institución de la elección representativa.

La democracia presupone la mayoría de edad, y esta radica en la autonomía que se manifiesta en servirse del entendimiento propio sin la dirección de otro. Es poder razonar, expresar e intercambiar libremente sus opiniones y objetivarlas en la sociedad. La autonomía no se conquista en relación con la autoridad, es un proceso largo y tedioso para lograr la separación, la disolución de esa autoridad.

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