Carlos Aznárez.
Nadie sabe más que el pueblo cubano a la hora de enfrentar a un
Imperio. Por eso esta victoria lograda con la recuperación de los tres héroes
antiterroristas, a cambio de la liberación de un espía de la CIA (dos, nota
de este blog) es un paso
fundamental a la hora de graficar su paciencia, su tenacidad y por último la
dignidad en la defensa de principios.
Al igual que ocurriera con el caso del niño Elián González, en que
Fidel puso a todo el pueblo de pie y transmitió esto mismo a los defensores de
la Revolución fronteras afuera, la iniciativa movilizadora impulsada por él en
un histórico discurso (“Volverán”, sentenció) y en esta última etapa por Raúl,
ha dado sus frutos.
Preguntémonos cuántas movilizaciones y actos de todo tipo han
realizado las mujeres y hombres de Cuba por la libertad de los Cinco. Más aún, cuánto de ese espíritu solidario sirvió para
contagiar a los pueblos del mundo, y hacer que se sumen activamente al mismo
reclamo.
Esa conjunción de
Pueblo más Fidel más solidaridad internacional ha sido fundamental a la hora de
demostrarle primero a los Bush, luego a Clinton y por último a Obama que cuando
“golpean a uno de nuestro lado, nos golpean a todos”, y así derrotar
unitariamente la inmensa maquinaria de mentiras puesta en marcha desde el 12 de
septiembre de 1998, cuando los Cinco fueron detenidos, encarcelados y
bochornosamente “juzgados” por los enemigos de Cuba.
Lo ocurrido ahora es parte de una encarnizada Resistencia. La misma
que se puso en marcha hace ya casi 56 años cuando el pueblo de Cuba y su
dirigencia decidieron hacer una Revolución profunda, sin retaceos de ninguna
índole. Un proceso liberador que caminara hacia el Socialismo. El Imperio
contestó con su peor rostro y pensó que esa pequeña Isla a escasas 200 millas
de su brutal poderío militar iba a naufragar frente al más criminal de los
bloqueos. Si eso no alcanzara, allí estaba el recurso de la invasión militar
para convencerlos y ponerlos en línea.
Fracasaron una y mil veces. Fueron derrotados en el Escambray, en
Bahía Cochinos y en Playa Girón. Tampoco pudieron cuando borraron a Cuba de los
foros internacionales, o reteniendo por la fuerza a Elián y menos cuando
decidieron tomar como rehenes a Gerardo, Antonio, Fernando, René y Ramón.
Al Imperio en su soberbia, le faltó entender que cuando un pueblo está
dotado de una conducción revolucionaria (con Fidel y Raúl la ventaja en ese
sentido es enorme), posee la fortaleza ideológica que da el haber ido
construyendo el Socialismo durante más de medio siglo y además ha sabido llegar
con su ejemplo a los corazones de todos los pueblos de Latinoamérica y el
mundo, no hay enemigo invencible.
Por eso, toda Cuba festeja en la calle la recuperación de sus 5 héroes
y la alegría que este hecho provoca se extiende como reguero de pólvora. Sólo
bastaba ver este glorioso miércoles 17 de diciembre los rostros de los millones
de amigos que la Isla de la dignidad tiene en todos los sitios del planeta, o
el de los mismos presidentes que estaban reunidos en Entre Ríos tratando de
darle más bríos al Mercosur.
Con los Cinco en casa junto a sus heroicos familiares (ellos también
jugaron un rol más que destacable), con las relaciones diplomáticas entre los
dos países nuevamente restablecidas después de tantos años de asedio gringo,
ahora sólo falta el levantamiento del bloqueo. El genocida Obama (que hoy
muestre su rostro concesivo no nos debe hacer olvidar con qué clase de
personaje hay que lidiar) tendrá que convencer a sus halcones de que este sin
sentido ya no va más. Se los viene diciendo en los últimos meses hasta su
propia prensa en las páginas del New York Times. Lo susurran sus empresarios,
apurados por hacer negocios con Cuba frente a la competencia europea y ahora el
avance inversor de China. El bloqueo ha sido un total y absoluto fracaso. Cuba
sigue de pie y ha vuelto con fuerza a todos los estamentos de integración
latinoamericana.
Por todo ello, si en el tiempo que ahora viene, finalmente la nación
cubana terminara de acertarle la estocada final al bloqueo, habrá quedado claro
a los ojos del mundo que una vez más la vida pudo con la muerte. Por supuesto
que el Imperio lo seguirá intentando, desde ya que el pueblo cubano y su
conducción revolucionaria deberán estar alertas frente a la invasión cultural,
turística y económica que se avizora (hasta el energúmeno John Kerry ya se ha
anotado primero en la lista de visitantes a la Isla), pero esa será otra
batalla. Por ahora, a seguir festejando y gritando “Volvieron”. “Viva Cuba”,
“Viva Fidel”, “Viva Raúl”.